En una nueva edición ha vuelto a reunir a impulsores de distintos negocios para reflexionar en este caso en torno a la dinamización de los espacios polivalentes y al papel del espacio físico en la proyección de la identidad y valores del negocio, así como su poder de atracción de clientes y visitantes.

Para ello, reunimos a en la sesión a Ciriaco Yáñez de Vinatería Yáñez, uno de los establecimientos con más solera de la ciudad, junto con Arturo Sancho, socio de La Ciclería,Daniel Monreal y Arancha Bauto, expertos en la materia al frente de MUN Interiorismo.

Yáñez explicó la evolución de esta tienda de vinos regentada por su tercera generación, y la evolución histórica de los espacios físicos por los que ha pasado hasta llegar a su actual emplazamiento en Calle Madre Sacramento, nº11, todo un universo personal pero también producto de su propia historia y de las personas que lo han ido enriqueciendo. “Es un proyecto absolutamente colaborativo, se ha creado de una manera orgánica”, subraya Yáñez, a partir del “enamoramiento” de la visita a viñedos, lugares, personas y proyectos, y que ha ido sumando etapas con los vinos, destilados, después cervezas, y la parte del arte y la pintura, hasta crear el actual universo de este espacio de vino, gastronomía, imaginación y creación.

Techos altos, grandes ventanales, miles de botellas, cuadros, unos 4.000 volúmenes de su biblioteca personal y numerosos elementos decorativos definen un espacio polivalente y con sello propio. “Digamos que de diez personas que entran por la puerta, siete entran a ver la tienda” porque han leído de ella o la han visto en guías, explica Yáñez. “Eso es muy bonito, porque el espacio tal y como está ahora es una expresión de un microcosmos que se va nutriendo no solo de nosotros, sino de las personas que van pasando por allí, es tan sencillo como estar atento a lo que los demás dicen”, subraya.

En el caso de La Ciclería, cooperativa de iniciativa social, Arturo Sancho apunta que en su caso “el espacio, quizá es el corazón en torno al que se organiza la empresa, es tu ventana hacia el exterior”, subraya sobre un negocio que orbita en torno al mundo de la bici y que es parte activa de la vida del Casco Viejo, donde se ubica. “Cuando lo concebimos lo hicimos para que fuera una cosa bonita y atractiva en sí misma, y en una localización en la zona turística de la ciudad, que fuera un reclamo porque nosotros alquilamos bicis y es un atractivo para los turistas”, explica Sancho.

En esa misma línea abundan desde MUN Interiorismo sobre el potencial de los espacios singulares, no solo porque “son una tarjeta de presentación de los establecimientos”, sino porque ayudan en la inmersión de lo vivencial, ya que “a partir de que la tienda tenga su encanto, al cliente le vas a dar una experiencia, bien sea la galería de arte o porque le vas a dar a catar un vino”.