• Lucrecia Navarro y Rafael Enériz explicaron el caso de éxito de Telas de Luna en un encuentro de la plataforma cameral de impulso al pequeño comercio.

Anne Lise Ghirardi, Rafael Enériz y Lucrecia Navarro. Fotos: Arturo Gascón.

El Club Comercio 4.0 de Cámara de Zaragoza continúa su análisis del sector comercial zaragozano más dinámico e inspirador. Este jueves 7 de febrero tuvo lugar un nuevo evento de esta plataforma, y en esta ocasión la lupa enfocó a Telas de Luna, el comercio especializado en telas y patchwork, con establecimiento físico en la calle Cervantes y tienda online con servicio para toda España. Lucrecia Navarro y Rafael Enériz, propietarios del negocio, compartieron su experiencia con otros comerciantes, en un encuentro en el que también intervinieron la consultora Anne Lise Ghirardi (El Columpio Digital), Ana Sacristán (T-Zir), Narciso Samaniego y Ramón Añaños (Cámara Zaragoza).

Este club cuenta con el respaldo del T-ZIR (Centro de investigación aplicada en retail), cuya responsable de proyectos, Ana Sacristán, explicó la iniciativa Zerca!. Esta plataforma digital pretende ser una «tienda de tiendas», adaptada a «las nuevas tipologías de consumidores y a la nuevas realidades comerciales» y basada en la «experiencia real de negocios y clientes». Este proyecto de impulso a la digitalización del comercio tradicional, que cuenta como socios con Henneo, Ibercaja y Cámara Zaragoza,  se encuentra en fase piloto en Zaragoza, de la que Sacristán recordó su valor como «ciudad que representa la media nacional».

Ana Sacristán explicó el proyecto Zerca! de T-Zir.

De la tradición a la digitalización, sin perder las esencias del negocio. Telas de Luna es un comercio zaragozano que ejemplifica a la perfección este salto. Lucrecia Navarro aseguró que era «un privilegio haber convertido mi afición en mi oficio». «Empezó como una reunión de amigas, con 50 telas… Pronto vimos que aquello se nos quedaba corto y que había gente interesada en comprar telas», relató.

Poco a poco el negocio fue evolucionando y creciendo: pasaron de vender en un piso –«al principio no sabíamos cómo iba a funcionar, pensábamos que nos verían como algo de marujas»– a tener un comercio abierto en la calle Cervantes, que «pronto se quedó pequeño» y trasladaron a otro más grande en la misma zona. Ese crecimiento físico llevó aparejado un salto al escaparate digital, primero con una web y luego con una tienda online.

Una de las claves del éxito de Telas de Luna ha sido su capacidad para crear una comunidad de clientes. «Ha funcionado mucho el boca a boca; la gente veía en casa de sus conocidas cojines hechos con nuestras telas, les llamaban la atención y preguntaban de dónde salían. También han tenido su papel los cursos de iniciación, casi a la carta para pequeños grupos». Y a esto se suma la perseverancia: «Durante 15 años siempre hemos estado creciendo, y nos hemos hecho un nombre en el sector». Su proyección es tal que, tal como confiesa Navarro, les llegan muchas consultas desde Francia, algo que les está planteando la posibilidad de abrir un e-commerce especifico para ese mercado.