Vinatería Yáñez

Tienda de autor, espacio de arte

En el número 11 de la calle Madre Sacramento de Zaragoza se abre el universo de Vinatería Yáñez, un espacio creativo, singular, en el que se fusiona el amor a los caldos y licores, la gastronomía y el arte en una atmósfera única, todo un espacio de autor.

Ciriaco Yáñez es la tercera generación de uno de los establecimientos tradicionales con más solera de Zaragoza. Nació en el año 53 como tienda de vino a granel, actividad en la que se centró hasta los años 80, cuando empiezan con el embotellado y la elaboración propia de vino. Hasta el cambio de siglo la vinatería se consolida como establecimiento especializado de venta de vinos de todo el mundo, un tiempo en el que “investigamos, probamos, con productores grandes y pequeños, intentando aprender y creando nuestro propio criterio tanto en la comercialización como en la elaboración”, explica Yáñez.

El salto de milenio también supone un punto de inflexión para este negocio familiar, que marca un nuevo rumbo abundando y perfeccionando los proyectos propios: “fue un cambio bastante radical, aunque teníamos mucho stock y no se hizo de un día para otro”, recuerda Yáñez, quien rememora que por aquel entonces, que él contaba 33 años, antes de impulsar el nuevo rumbo decidió parar y embarcarse en un viaje por el mundo para tomar perspectiva, formarse y asentar conocimientos en lugares vitivinícolas de distintos países.

Vinatería, espacio creativo

Vinatería Yáñez fabrica y vende vino que elabora en 36 proyectos en colaboración con unas 60 personas de Grecia, Italia, Alemania, Portugal, Argentina, Chile, California y Australia. “Nosotros nunca hemos renunciado a la innovación per se, por concepto, por idea, innovación con la idea del futuro, de imaginar otros escenarios”, explica este experto, quien subraya la idea de que en este negocio “siempre queríamos hacer grandes vinos siendo más asequibles, y seguimos haciendo vino a granel, manteniendo la idea de que los vinos sean accesibles a todo el mundo”.

Además de vino, en Madre Sacramento se encuentran más de 600 referencias de destilados de gran calidad (brandys, whiskies, ginebras, etc…) y de cervezas, bebidas que nos permiten “ser extremadamente imaginativos”, además de experiencias gastronómicas. Pero este es espacio inspirador, de gusto estético, donde las botellas se exhiben junto a los óleos, pues la pintura es otra de las pasiones de este enólogo creativo. En su blog  se divulga y fusionan todos los conceptos de este espacio poliédrico y colectivo.

La comercialización la realizan a través de la propia tienda física, desde donde se sirve también a otros establecimientos locales o incluso del extranjero. También cuentan con activos perfiles en redes sociales y espacios de venta como Amazon, Aliexpress y otros marketplaces de interés.

En el pasado realizaron numerosas catas y reuniones como vía de promoción, y contaron con un activo taller de investigación gastronómica. Ahora continúan trabajando en proyectos que no llegan a convertirse en objeto de negocio, pero que sirven como excusa de aprendizaje, deleite y divertimento, en torno a productos como la sidra de cerveza, el vinagre, la sal, los vinos sin alcohol… Y es que, en la distancia corta de la visita de cada cliente, en lo experiencial, en las catas y encuentros gastronómicos es donde se enriquecen de otras visiones, “del feedback de la gente, algo muy interesante porque te redimensiona continuamente”.

Vinatería Yáñez se centra este año en acometer la digitalización con un gran portal vinculado a un fondo bibliográfico que contenga todos los proyectos, procesos, productos, fichas de cata, obras de arte… un gran fondo de la historia de los Yáñez, de divulgación de la cultura del vino, de sabiduría y pasión.

Fotografías de Marcos Cebrián

Vídeo de Amaury Cabrera