Instagram, bodas y talento en el sector de Tomás Bretón
Estela Garro es el nombre que se esconde tras Tacatuca, una tienda que ha trascendido su cometido inicial y que a día de hoy cuenta con un atelier de alta costura y una marca propia
Especializada en vestidos de fiesta y de novia, dispone también de un establecimiento de complementos y zapatos, otro de ropa casual para vestir a la mujer actual y venta personalizada por internet
Imposible pasear por Tomás Bretón y no pararse en los escaparates de Tacatuca. Estela Garro es la culpable. Esta emprendedora, fiel reflejo de la definición del concepto, abrió en 2002 la primera de sus tiendas en este entorno y desde entonces no ha parado de enfrentarse a nuevos desafíos. Tal es así que, además de disponer de productos de otras marcas en sus tiendas, ha creado un marca propia y un atelier de alta costura especializado en novias y fiesta. “Dinamismo” es una palabra que repite varias veces en la conversación y es que Estela no ha parado de adaptar su negocio a las necesidades del mercado hasta convertirse en lo que es a día de hoy. Un ejemplo claro de ese nervio que la impulsa a no estar quieta es el lanzamiento recientemente de una colección propia de bolsos de la mano de Carmen Tessa.
“Abrí mi primera tienda en 2002 junto a una socia a la que le compré su parte en 2005. En 2006, abrí la siguiente, en 2007, otra, y 2008, otra más”, indica Estela. En ese periodo de tiempo, Tacatuca fue transformándose. “Empezamos con una tienda muy humilde, muy chiquitina. Vendíamos cosas muy seleccionadas, que comprábamos al por mayor”. Después, viendo las necesidades de lo que demandaban las clientas, “apostamos por un local de complementos y zapatería”. A estas dos se sumó una tercera en Fernando el Católico, que se cerró una vez acabaron las obras del tranvía, “ya que sufrimos bastante”. De vuelta a la calle Bretón se abrió una nueva línea: una tienda para niños. “Era lo que nos pedían. Nuestras clientas tenían hijos. Yo tenía 30 años y a mi alrededor todos empezaban también a ser padres”.
Poco a poco, la demanda iba cambiando y Estela se dio cuenta de que había que escuchar de nuevo qué necesitaba Zaragoza.“El mercado nos reclamaba ropa de fiesta. Nos empezamos a especializar en este sector hasta el punto en el que yo misma hacía los vestidos de novia a mis clientas. En vez de hacer colección, diseñaba y producía. Al principio empezamos a probar en nuestra tienda. Al final, buscamos locales en los alrededores y no encontramos, así que decidimos convertir nuestra tienda de niños en una para novias y fiesta”. Fue entonces, cuando Garro abrió su atelier de alta costura, especializado en eventos y bodas, que se combina con su producción de prendas propias bajo la marca ‘Estela Garro’.
Este tsunami de cambios en pocos años le lleva a una reflexión en voz alta: “El pequeño comercio tiene que renovarse. Nosotros lo hemos hecho y no nos ha importado”. Salir de ese círculo de confort es visto desde este negocio como un reto. “Cambiamos de productos, de proveedores… No nos da miedo”. Esa valentía les hizo ser uno de los primeros negocios de la ciudad con prendas para ceremonias fuera de la zona tradicional de compra de vestidos de fiesta, ubicada en el centro. Un riesgo que ha salido bien.
Trabajar una marca propia
“Siempre he diseñado ropa causal. Ha habido firmas a las que les decía lo que quería y lo fabricaban para mí. Entonces pensamos que, como teníamos mucho tirón en fiesta y a mí me encanta, íbamos a hacer una colección bonita de fiesta para la tienda”. Y así empezó su nueva línea de negocio, una marca propia, como una prueba más en la vida de Estela. “No es tan personalizado como lo que hacemos en el atelier, pero sí le damos esos acabados que le otorgan esa imagen tan cuidada”, indica. Crear una marca propia no es sencillo, pero Estela Garro se ha ido haciendo un hueco en Zaragoza y ganándose su espacio gracias a la calidad y originalidad de sus productos. “En nuestra tienda trabajamos con más marcas, pero ya hay clientas que vienen directamente preguntando por conjuntos de ‘Estela Garro’”, afirma.
Desde Tacatuca no se ha dejado de pensar en nuevas fórmulas para llegar a los clientes potenciales. Una de ellas es la de colaboración con otros comercios tanto del entorno como de otros lugares de la ciudad. “Nunca he visto al resto como competencia. Si confías en tu producto, no tienes que tener miedo a nadie. El otro con el que hablas te puede completar y complementar”, asegura. Así, en 2017, en una de sus acciones, se montó en un establecimiento del centro de Zaragoza una pop-up store en época navideña, para que las clientas de este distrito pudieran así hacer sus compras más fácil y cómodamente.
Asimismo, Estela confía en la asistencia a ferias especializadas y por qué no “fijarse en los grandes comercios”. “Hoy en día manda el grande y hay que ponerse a su altura porque si no se te come. Eso sí, se tiene que ser consciente de que tienes tu bazas. Por ejemplo, nosotros vendemos personalización, buen servicio, asesoramiento… Esto una gran superficie no lo consigue. Nuestro punto fuerte está ahí. Así que nos adaptamos a lo que tiene el grande y luego lo trasladamos a los nuestro, a lo pequeño”.
Inmersos en las nuevas tendencias tecnológicas
Esa apertura de miras permite que Tacatuca no se quede anclada en el pasado. Por ello, desde muy pronto vieron claro que la presencia en redes sociales era necesaria y apostaron ya desde 2010-2011 en tener una imagen en los medios sociales para conectar directamente con el consumidor de una manera sincera. “Nosotras mismas somos las modelos. Queremos que nuestras clientas vean a gente normal con las prendas. Por eso nos hacemos fotografías en nuestra calle, con mi perro, delante del local…”. La confianza en lo real es lo que lleva a Tacatuca a tener un gran número de seguidores en redes. Así, a día de hoy, Tacatuca cuenta con más de 29.000 seguidores en Facebook y en Instagram, donde tienen divida la marca en dos, disponen de 14.200 en la cuenta de ‘Estela Garro Atelier’, y 24.300 en Tacatuca.
Esta publicidad, asegura, “no es gratuita, ya que lleva mucho tiempo y el tiempo es dinero”. “Dedicamos muchas horas de trabajo, de edición… La foto de producto tiene que ser una foto cuidada que se vea bien, debe llevar una buena descripción… Lo hacemos nosotras, pero sí es cierto que hay una de las chicas que se dedica a las redes. Al crear un equipo, intento que haya gente de todos los ámbitos”, indica. Un buen equipo de profesionales multidisciplinar ha sido también un impulso para Tacatuca. Desde las propias dependientas, a las modistas, patronistas, asesoras, todas son importantes. “En tienda todas tienen que saber un poco de todo. Son gente formada, en la que puedo delegar. Si alguien no sabe de algo, hay que formarle”. En cuanto al taller es “más complicado encontrar buenos modistas”. “Es algo que cuesta mucho. Si vendes especialización tienes que tener un equipo muy potente detrás y eso es difícil de construir porque la modista, el perfil, está muy envejecido. Y encima está poco valorado. La gente se fija en los títulos y no en las capacidades”, asegura Garro, quien está respaldada con equipo consolidado de grandes profesionales con muchos años de experiencia.
Venta por Internet
Al igual que aseguran que no tienen frontera de edad, ni de talla entre su clientela, Tacatuca también ha traspasado la barrera de lo físico y desde el año pasado vende por internet. No obstante su venta dista mucho de las de los grandes gigantes de ventas on-line. “Empezamos vendiendo por teléfono. Nos llamaban las clientas que habían visto las prendas en la página o en las redes y se lo vendíamos. A día de hoy mantenemos la conversación por teléfono en las transacciones. Se puede reservar la prenda en web, pero antes de pagar, una de nuestras trabajadoras llama para asegurar que se compra la talla y el producto adecuado. Así, además de dar un servicio más personal, minimizamos devoluciones y equívocos”. A sus clientas más veteranas les ofrecen servicios especiales. “Mandamos cajas con 10 conjuntos, que pensamos que les puede encajar con sus gustos y tallas. Esto se hace, sobre todo, para clientas que viven fuera de Zaragoza”.
Tanto en internet como en las tiendas físicas, Tacatuca aplica una máxima que quizá es lo que ha hecho disponer de una clientela tan fiel: “Hay que ser honesta y honrada. Nunca vendas algo que veas que queda mal. Esa confianza del cliente en ti es lo que hay que potenciar”.
Texto de Beatriz Cuartero Méndez
Fotografías de Marcos Cebrián
Video de Amaury Cabrera
“El pequeño comercio tiene que renovarse (…) nosotros cambiamos de productos, de proveedores… No nos da miedo”
“Nunca he visto al resto como competencia. Si confías en tu producto, no tienes que tener miedo a nadie. El otro con el que hablas te puede completar y complementar”
“Nosotras mismas somos las modelos. Queremos que nuestras clientas vean a gente normal con las prendas. Por eso nos hacemos fotografías en nuestra calle, con mi perro, delante del local…”
“Hoy en día manda el grande y hay que ponerse a su altura porque si no se te come. Eso sí, se tiene que ser consciente de que tienes tu bazas. Por ejemplo, nosotros vendemos personalización, buen servicio, asesoramiento…”
Tacatuca
Calle Tomás Bretón, 3, Zaragoza
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