Una óptica especial en las faldas del Moncayo

El Centro Óptico y Auditivo Vicente vende desde Tarazona modelos de gafas originales tanto a los vecinos de la localidad como a aquellos que buscan algo diferente y lo encuentran en su e-commerce y en sus redes

Al atravesar la puerta del Centro Óptico y Auditivo Vicente de Tarazona, por mucho que uno tenga una o varias dioptrías, pronto se percatará de que no está en una óptica como cualquier otra. No tardarán en ir a recibirlo con una sonrisa en la boca para asesorarle de manera personal en lo que busque. Además, el ojo se dará cuenta enseguida de que todo el equipo tiene algo en común: llevan las mismas gafas, una acción de marketing que busca dar homogeneidad y comunicar confianza a los clientes.

Todo detalle en esta óptica está medido gracias a las ganas de innovar de la optometrista Ana Vicente, alma mater de este negocio turiasonense, que ha logrado asentarse en esta ciudad que lucha contra la moda de ir a comprar a los centros comerciales. “En Tarazona estamos viviendo un momento agridulce. Como negocio me siento muy bien valorada y mis clientes me dan muchas satisfacciones, pero es cierto que los hábitos de compra han cambiado. A muchos les gusta combinar el ocio con las compras y van a grandes superficies”, indica. Pero aún así “trabajando duro se vende y se sale adelante”. Entonces, ¿por qué agridulce? “porque aunque vendas y lo hagas bien, eres consciente de que estás perdiendo un potencial de ventas muy fuerte”.

Esa lucha de David contra Goliat, del pequeño contra el grande, se vive en el comercio de todo Aragón. Por eso, en localidades como Tarazona quizá hay que estrujarse el cerebro un poco más y apostar por la originalidad para obtener buenos resultados. A esta óptica sus ideas rompedoras le funcionan. Recientemente, desde el negocio han lanzado experiencias para sus clientes habituales, en las que ofrecen una cata, tapas y explicaciones prácticas sobre productos que venden en su centro óptico. “Estamos haciendo pruebas para conseguir que nuestros clientes se sientan especiales. En una de ellas, seleccionamos a 10 clientas que quisiesen llevar lentillas o no y les invitamos a que trajeran a una amiga a una cata de lentillas. Vino un técnico de lentillas y Toño, el de la Vinateria, nos preparó unos vinos con cata acordes a lo que comíamos”, explica Ana. “Ese día no se vendió nada, de hecho no sabíamos si la gente que vino quería lentillas o no. Pero conseguí que entraran, se fueron contentas y se tomaron un pincho. El 100% ha vuelto en otro momento, aunque sea para comprar líquido de lentillas”. Esta experiencia, que escoje a los agraciados mediante sorteo, se repetirá en primavera, ya que la primera toma de contacto fue positiva.

Internet, influencia y anonimato

Influencia y anonimato en la misma afirmación de primeras puede sonar a paradoja. No obstante, a esta óptica, internet le ha servido para potenciar estas dos características. Por un lado, con sus acciones de marketing en redes han logrado convertirse en una referencia, sobre todo en sector moda en el mundo de las gafas. Y por otro, ha permitido que esos clientes locales que quizá tengan vergüenza de entrar al comercio simplemente a mirar, tengan una ventana discreta al amplio catálogo de Óptica Vicente.

¿Cómo los han conseguido? A través de un buen trabajo tanto en la creación de una página web como en el esfuerzo diario invertido en comunicar en redes sociales. Desde el negocio pusieron en marcha www.gafasdesolymas.com, un portal web de venta electrónica, un e-commerce, que incluye también un apartado dedicado a un blog, donde ellos mismos como modelos muestran sus gafas en lugares tan pintorescos como el Teide o Venecia. “Hicimos la web por facilitar la vida a los compradores. Tienes el escaparate puesto y lo visita la gente de aquí y de vez en cuando vendes al de fuera. La web es un escaparate muy bueno. Tenemos ventas en otros lugares de España como Valencia y Burgos, pero incluso nos compra gente de aquí, de Tarazona”, señala.

La web en un primer momento se enfocó como un espacio de venta con precios más económicos que en la tienda. Sin embargo, esta línea ha sido desestimada por Ana y ahora Óptica Vicente se ha decantado por ofrecer un precio igual al del fabricante tanto online como en el local. “Cuando tenía la web abierta con gafas más económicas en web que en tienda vendía bastante, pero era poco rentable”, advierte. Eso le hizo reflexionar y cambiar la estrategia. “Ahora vendo menos, pero vendo mejor. Me gusta trabajar con cosas diferentes, con modelos de gafas que no los tiene todo el mundo. Eso hace que al ser difíciles de encontrar, muchos terminan comprándolas aquí, online. Así que vendes menos volumen, pero vendes”, asegura, afirmando que se sienten más cómodos con el nuevo modelo de ventas.

Además, Ana se mueve bien en el mundo social. Bucea y no pierde la oportunidad cuando se le presenta. “Hacemos marketing de guerrilla. Estamos atentos. Por ejemplo, en el Festival de Cine de Comedia de Tarazona, aprovechamos un tuit que lanzó Eduardo Noriega para decirle que de miope a miope le mándabamos un saludo y que le invitábamos a que se pasara por la tienda”, cuenta Ana. La historia terminó con el reconocido actor en la óptica, fotografiándose con el equipo. La óptica está presente en Facebook, Instagram y Twitter. “A veces tengo discusiones con el colegio de ópticos porque me acusan de banalizar con lo que pongo en redes. Que es todo moda, que no saco lo más técnico. La cuestión es yo soy óptico y ya se sobreentiende que te voy a graduar bien, pero cuando uno compra unas gafas también se tiene que identificar, sentirte bien, verse y encontrarse a gusto”, indica. Y ese hacer sentir bien a los clientes es quizá la diferencia de esta óptica, que convierte a Ana en una influencer en el sector y que provoca también que las ventas sean constantes.


Texto de Beatriz Cuartero Méndez

Fotografías de Marcos Cebrián

Video de Amaury Cabrera

“Estamos haciendo pruebas para conseguir que nuestros clientes se sientan especiales. En una de ellas, seleccionamos a 10 clientas que quisiesen llevar lentillas o no y les invitamos a que trajeran a una amiga a una cata de lentillas. Vino un técnico de lentillas y Toño, el de la Vinateria, nos preparó unos vinos con cata acordes a lo que comíamos”


Ana Vicente, Óptica Vicente

Ahora vendo menos, pero vendo mejor. Me gusta trabajar con cosas diferentes, con modelos de gafas que no los tiene todo el mundo. Eso hace que al ser difíciles de encontrar, muchos terminan comprándolas aquí, online. Así que vendes menos volumen, pero vendes”


Ana Vicente, Óptica Vicente

“Hacemos marketing de guerrilla. Estamos atentos. Por ejemplo, en el Festival de Cine de Comedia de Tarazona, aprovechamos un tuit que lanzó Eduardo Noriega para decirle que de miope a miope le mándabamos un saludo y que le invitábamos a que se pasara por la tienda”


Ana Vicente, Óptica Vicente

“A veces tengo discusiones con el colegio de ópticos porque me acusan de banalizar con lo que pongo en redes. Que es todo moda, que no saco lo más técnico. La cuestión es yo soy óptico y ya se sobreentiende que te voy a graduar bien, pero cuando uno compra unas gafas también se tiene que identificar, sentirte bien, verse y encontrarse a gusto”


Ana Vicente, Óptica Vicente
  • Óptica Vicente

  • Calle Visconti, 13, Tarazona

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