La Ciclería: Ciclismo y economía social

Desde el barrio de La Magdalena, esta cooperativa apuesta por un modelo en el que la comunidad y la bicicleta son el eje central del proyecto

La Ciclería no es un negocio corriente. De hecho forma parte de su idiosincrasia ser una empresa alejada de las reglas clásicas de la economía de mercado. Bajo un modelo cooperativista, desde este negocio del barrio de La Magdalena sus socios intentan demostrar que hay “alternativas económicas diferentes a las que nos han enseñado y que funcionan igual o mejor que las empresas al uso”. Así lo explica Arturo Sancho, uno de los socios, que nos abre, junto a Mer Cruz Ventura, las puertas de su local en la calle Gavín

Bicicletas y café conviven en un espacio concebido para aunar al movimiento ciclista zaragozano y a la economía social y solidaria. Si se va a primera hora de la mañana, grupos de personas disfrutan de los ricos desayunos caseros que se sirven, mientras algunos otros arreglan sus vehículos de dos ruedas en el taller. Este ecosistema no ha nacido por generación espontánea, sino que es fruto de una larga trayectoria de los socios del proyecto, quienes ya habían trabajado anteriormente colaborando con La Veloz y Recicleta, dos negocios con tradición en el mundo de la bicicleta en Zaragoza y que pertenecen, al igual que La Ciclería, a REAS Aragón – Red de Economía Alternativa y Solidaria.

“Venimos del activismo de la bici”, expresa Arturo, aclarando que cuando se creó La Ciclería se ideó más como una empresa para cooperar que para competir. Tras varias experiencias previas, en 2007, se abre La Ciclería como proyecto de autoempleo. “Nacemos a partir de ese nexo anterior con La Veloz y Recicleta y por ello, desde un primer momento, ofrecimos servicios que no tuvieran ya estos negocios. Por ejemplo, aquí no vendemos ni arreglamos bicicletas porque eso lo pueden hacer en Recicleta”. Y es que quien se acerque a La Ciclería en busca de un mecánico para acondicionar su bici va mal encaminado. No obstante, podrá aprender a reparar por sí mismo las averías de su bici tras haber recibido los consejos y directrices del equipo de La Ciclería.

Para poner en marcha el negocio, la cooperativa contó con la ayuda del Ayuntamiento de Zaragoza. “La idea de este espacio nace a través de un convenio con el Ayuntamiento para dar esos servicios como ciudad, un espacio donde poder arreglarte la bici o tener un lugar donde hincharle las ruedas. El proyecto empezó en Predicadores, en un local que se llamaba la Ciudad de las Bicis”, comentan, añadiendo que en la actualidad no reciben subvenciones del ejecutivo local. “Tenemos contratos con otras administraciones, que hemos ganado en concursos públicos. Además seguimos buscando líneas y realizamos actividades externas como rutas para colegios, colaboraciones con otras entidades como Ebronautas, estamos dentro de Made in Zaragoza e incluso hemos empezado a formar parte de Zaragoza Congresos para que quienes vengan a la ciudad a un congreso puedan hacer actividades complementarias con nosotros”, indican. Asimismo, recuerda Mer, “estamos en las redes sociales y sobre todo en lugares presenciales”. Destaca la participación de La Ciclería en el Festival de la Cultura Ciclista, que organizan ellos mismos, y que les ha permitido entrar en contacto con otros grupos relacionados con el mundo de la bicicletas, así como otros eventos como  el Magdalena Street Market, entre otros.

La importancia de la comunidad

Los pilares sobre los que se asienta este negocio, según explican Arturo y Mer, son la bici y cooperativismo y economía solidaria. Por eso no es de extrañar que uno de sus objetivos desde el principio haya sido empatizar con la comunidad de La Magdalena y con los grupos ciclistas de la ciudad, comunidades a las que ya pertenecían muchos de los miembros del equipo antes de emprender este negocio. De esta manera, la captación de socios, que en la actualidad asciende a alrededor de unos 340, es una de las fuentes de ingresos que permite seguir con el proyecto. “Ofrecemos ventajas para fidelizar a la gente y conseguir unos ingresos mínimos para mantenernos”, confiesan.

Y es que el local está bien aprovechado. Dentro, se descubre una amplia oferta de propuestas. La cafetería puede ser lo más llamativo a simple vista puesto que ofrece comida casera y café gourmet, pero una vez se pregunta, se conoce todo lo que tienen que ofrecer. “Disponemos de una sección a la que llamamos “Centro Ciclista”, que es lo que más diversificación de actividades tiene. Ahí está el taller, con su parte de tienda; el parking, donde se puede dejar la bicicleta por 12,50 euros al mes (10,50, los socios); los cursos de mecánica…”, explica Arturo. Es un espacio abierto que puede usar cualquiera que entre en el local, no obstante, existe la posibilidad de hacerse socio para recibir descuentos y servicios gratuitos. “Los socios no pagan nada por el uso del taller durante el año y, además, tienen más ventajas como alguna ruta gratuita (hay 12 año) y cursos de mecánica”, añade. Asimismo, todos los meses hay conferencias. “Intentamos crear un flujo de visitas con charlas o diferentes actividades, que más o menos son una al mes. También organizamos rutas periurbanas para salir en grupo los domingos alrededor de la ciudad”, añade Mer.

El dinero fijo de las cuotas de los socios junto al que se obtiene del alquiler de plazas para bicicletas en el parking, las actividades y la cafetería ayudan a mantenerse. No obstante, advierten que en poco tiempo hay que tomar decisiones. “Estamos en un momento de transición. Tenemos una reunión importante antes de primavera, que es nuestro mejor momento del año, para plantear cómo continuamos con el negocio, qué líneas seguir. Hay muchas vías que van desde reducir a ampliar los horarios de la cafetería, que ahora cierra al mediodía”. Esas decisiones estratégicas que marcarán el ritmo del futuro cercano se toman bajo el sistema cooperativista, del que forman parte desde el principio y del que creen es un modelo económico social justo que debería conocerse más y al que a La Ciclería le funciona para seguir rodando.   

Texto de Beatriz Cuartero Méndez

Fotografías de Marcos Cebrián

Video de Amaury Cabrera

La idea de este espacio nace a través de un convenio con el Ayuntamiento para dar esos servicios como ciudad


Arturo Sáncho, La Ciclería

“Estamos presentes en las redes sociales, pero sobre todo intentamos estar en el máximo de lugares presencialmente


Mer Cruz Ventura, La Ciclería

El proyecto empezó en Predicadores, en un local que se llamaba la Ciudad de las Bicis


Arturo Sancho, La Ciclería

Intentamos crear un flujo de visitas con charlas o diferentes actividades, que más o menos son una al mes


Mer Cruz Ventura, La Ciclería
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