Un espacio de autor que juega al despiste

Este negocio personal lleva el sello de su dueño, Víctor Martín, quien ha creado una atmósfera singular para ofrecer calidad, atemporalidad y originalidad en cada esquina

Víctor Martín es su identidad real, pero ya casi nadie fuera de la familia le conoce por ese nombre. Ahora es Víctor Bahnhof, promotor de Bahnhof, un espacio con 13 años de trayectoria que ha ido adaptándose a los gustos de su dueño para parecerse, más de una década después, a aquello que tenía en la cabeza cuando puso en marcha este proyecto.

 

Situado en la calle José María Lacarra- una calle con nombre de catedrático de Historia -, este bajo de 200 metros cuadrados ofrece un ambiente en el que se respira singularidad y gusto en cada recoveco. Bahnhof abrió sus puertas un 23 de marzo de 2006, una época en la que en Zaragoza no disponía de locales de este estilo en los que todo está combinado para ofrecer una experiencia diferente. Víctor había vivido en Chile, Estados Unidos, Inglaterra… Todas aquellas experiencias habían creado un tótum revolútum en su cabeza para terminar dando a luz a Bahnhof, una tienda que se ha convertido en lugar de peregrinaje de muchos que visitan la ciudad. “En un momento de vida donde hubo cambios, decidí dar forma a todo aquello que era mi sueño. Quería ser profeta en mi tierra y volver a Zaragoza para montar aquello que pensaba que podía funcionar en una cuidad tan complicada, tan especial y tan singular. Estoy encantando porque el proyecto sigue vivo, aunque no haya sido fácil”, explica.

 

Ese proyecto es “difícil de definir”, comenta. Y es que en Bahnhof se juega a la sorpresa. Parece un local industrial, con ladrillo cara vista y tuberías. El escaparate no exhibe ni maniquís ni prendas de ropa, sino que muestra plantas, ya que a este gallego de nacimiento, pero instalado en Zaragoza, le parece más interesante que sean los clientes los que descubran que hay en ese espacio tan personal. Esa misma estrategia la utiliza también en las redes sociales. “No me gusta poner directamente un producto, sino que enseño el espacio”, indica. Tampoco es de los que tienen que etiquetar y poner adjetivos a todo lo que le rodea, por lo que no considera que su negocio tenga un definición concreta. “El principal enfoque de Bahnhof era el textil, la parte más de tienda, quería que se alejara de ese concepto, por eso nació con un espacio comercial, pero también con un espacio más creativo donde surgían proyectos. Y a lo largo de los años ha ido transformándose. Curiosamente la idea original que tenía en la cabeza se parece mucho a la que hay ahora”.

 

Esa evolución está marcada por el propio ritmo de un mercado en el que el pequeño comercio no puede quedarse quieto. “El mundo gira raro y a mí no me gusta especialmente como gira”, confiesa.  Ese movimiento perjudica a los pequeños, por lo que hay que idear un modelo distinto. “No pretendes luchar contra el movimiento porque no tienes nada que hacer, simplemente hay que plantear algo diferente. La vinculación de comunidad en redes sociales, aprovechar esas herramientas es vital para este concepto de tienda porque facilita la intercomunicación de diferentes grupos. Es la evolución de algo paralelo que trabajar con las directrices que van marcando los grandes. Ahora hay muchísimo de todo y empieza a haber escasez importante en cuanto a las calidades”, indica. Asimismo es consciente de que en estos tiempos la competencia está en los canales de venta, por lo que un comercio debe estar preparado para la venta online para que cuando alguien tenga un impulso de compra lo pueda llevar a cabo fácil y cómodamente desde su sofá.

Tienda personal con productos de calidad

Gracias a la apuesta por la calidad y la singularidad de su género, Bahnhof ha conseguido crearse un hueco en el mercado. Ha dado un paso más allá, para llegar a ser una tienda de autor, en la que Víctor cuida mucho lo que selecciona para sus clientes, quienes ahora buscan determinados estándares de calidad y de procedencia de sus productos. Para conseguirlo huye de la palabra tendencia, término que detesta. “No hay concepto más caduco que la moda en sí misma”. Así, lo que prima en sus selecciones es la “calidad, la autenticidad y la atemporalidad”. “Me gusta que una prenda que adquieras la puedas llevar durante cinco años”, indica. Esos productos, además, tienen que tener una historia y un proyecto que llamé la atención, que cuide el medio ambiente, sean ecológicos.

 

“Más que un producto, lo que me enamora es el proyecto”, indica cuando habla de sus nueva línea de venta Bahnhof Gourmet que se une a su línea textil, a sus productos de cine, a sus ilustraciones y a su pequeña librería. Todo ello concentrado en su local. “Me encanta tener vestidos de 150 euros al lado de unas patatas fritas”, explica. Y es esa rareza lo que invita a muchos a traspasar la puerta para investigar qué es este local. Los que no se atreven a hacerlo pueden saciar su curiosidad en Google para encontrar su página web de ecommerce y sus redes, en las que cuelga con comentarios personales imágenes de la tienda. También cuenta con un blog de carácter literario en gran parte, donde Víctor saca a relucir su lado más creativo, dejando volar su imaginación y relacionando conceptos de cultura popular con sus gustos y trayectoria.

 

En trece años han cambiado muchas cosas. Por ejemplo, es la primera vez que está solo en la tienda. “Es un síntoma de lo que está ocurriendo al pequeño comercio”, asevera. No obstante, sí tiene ayuda en la parte web de su negocio. Otro aspecto que también es ahora diferente es la forma en la que las marcas tratan con él. “Al principio nos tocó hacer mucha investigación, ir a muchas ferias. Tenías que ponerte en contacto tú con las marcas que querías. Ahora son ellas las que llaman y te ofrecen su catálogo”, asegura, añadiendo que “somos exigentes y si una marca no nos gusta sus sistema de venta o su filosofía, aunque haya sido un éxito de venta, dejamos de trabajar con ellos”. Y es que Bahnhof es una tienda de autor, muy personal, que Víctor siente como una parte más de él, por lo que solo contiene aquello con lo que se siente a gusto.

 

En este tiempo también se ha hecho un hueco en la sociedad zaragozana y son muchos programas de televisión, cineastas, diseñadores o cortometajistas los que acuden a él en búsqueda de asesoría de imagen. Asimismo, utiliza su espacio para presentaciones, pop-ups, eventos, fiestas, mercadillos… “Somos animales sociales”, indica. Asimismo su largo camino recorrido hace que “conozcas a mucha gente y al fin te conviertes en una referencia, una marca y eso beneficia”.

Texto de Beatriz Cuartero Méndez

Fotografías de Marcos Cebrián

Video de Amaury Cabrera

“En un momento de vida donde hubo cambios, decidí dar forma a todo aquello que era mi sueño”


Víctor Martín, Bahnhof

“No me gusta poner directamente un producto, sino que enseño el espacio”


Víctor Martín, Bahnhof

“Ahora hay muchísimo de todo y empieza a haber escasez importante en cuanto a las calidades”


Víctor Martín, Bahnhof

“Tu recorrido hace que conozcas a mucha gente y al fin te conviertes en una referencia, una marca y eso beneficia”


Víctor Martín, Bahnhof
  • Bahnhof

  • Calle José María Lacarra de Miguel, 46, Zaragoza

  • Redes Sociales