Fantoba, la pastelería más antigua de Zaragoza

La pastelería Fantoba ilustra a la perfección la frase de Antonin Carême: ”Las bellas artes son cinco, a saber: la pintura, la escultura, la poesía, la música y la arquitectura, la cual tiene como rama principalísima la pastelería”. Con esta frase da la bienvenida la sugerente página web de pastelería Fantoba, uno de los comercios más tradicionales y selectos de la historia reciente de la ciudad de Zaragoza hasta nuestros días.

Si interpelas a Ivana Molina, su gerente, sobre la elaboración de dos de sus especialidades, las frutas de Aragón o el turrón de guirlache, te da todo detalle de un proceso laborioso que desde el primer día se sigue haciendo “con mucho cariño y mucho amor”. Guindas al marrasquino, naranjas de Fantoba o suspiros de la virgen son algunas de las delicatesen de esta casa. 

La pastelería se fundó en 1856 por la familia Fantoba, que llevó el negocio hasta que fue adquirido en 1995 por Alejandro Molina, padre de Ivana. Una pastelería y obrador que manteniendo los recetarios, la tradición y los procesos de calidad, amplía sus productos hasta los 800 artículos actuales. “Los tiempos van cambiando”, dice Ivana sobre el esfuerzo de renovación y escucha al cliente para entender lo que quiere y cómo lo quiere, y para ir adaptándose a los tiempos pero “con el saber hacer del pastelero de antes”. Así, dulces tradicionales como el pastel de coco, pastel de bizcocho y yema, el roscón, mazapanes o turrón se siguen ofreciendo junto con otras innovaciones, como todo el surtido de macarone. Un total de 14 personas forman el equipo del establecimiento.

La tienda es un espectáculo, un pequeño museo profusamente decorado. Como curiosidad, numerosas figuras de gallos y gallinas, por un proyectado museo de la gallina que no llegó a fructificar, y como referencia implícita al huevo, materia prima esencial de todos los productos del establecimiento, explica Ivana.

El espacio embelesa al cliente por la atmósfera y el surtido de preciosas creaciones al ojo y al paladar. Y es que en Fantoba trabajan con la idea casi de “crear arte que se pueda comer”, generando un espacio de productos selectos y muy especiales. “Pretendemos que cuando un cliente entra entienda que está en una tienda de verdad, en las que se trabajan con alma”, por eso relatan la composición del producto, dan a probar las frutas… Dan servicio y provocan sensaciones en un establecimiento con presentaciones muy cuidadas y embalajes con un toque especial y estética tradicional. 

 

El espectacular escaparate, la icónica fachada, en una de las una de las esquinas con más solera del Casco Histórico de la ciudad de Zaragoza, entre las calle Don Jaime y Méndez Nuñez, son dos de las mejores vías de comunicación de este espacio, que también se encuentra en Internet, no solo en su web, sino también en las redes sociales de Instagram y Facebook.

Una estética que enamora y que hace que no falte en los recorridos de los visitantes a la ciudad, además de que el establecimiento colabora activamente con actividades de Zaragoza Turismo, con eventos de dinamización de blogueros o con medios de comunicación, y que lo refrendan como un referente del comercio tradicional aragonés. 

Fotografías de Marcos Cebrián

“ Las bellas artes son cinco, a saber: la pintura, la escultura, la poesía, la música y la arquitectura, la cual tiene como rama principalísima la pastelería ”


Fantoba

“ Desde el primer día se sigue haciendo, con mucho cariño y mucho amor ”


Fantoba

“ Es importante el esfuerzo de renovación y escucha al cliente para entender lo que quiere y cómo lo quiere, para ir adaptándose a los tiempos pero con el saber hacer del pastelero de antes ”


Fantoba

“ Crear arte que se pueda comer ”


Fantoba

“ Pretendemos que cuando un cliente entra entienda que está en una tienda de verdad, en las que se trabajan con alma ”


Fantoba
  • Fantoba

  • Calle Don Jaime, 21, Zaragoza

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