Flores que no son las de siempre

Un jardín es siempre un espacio de paz y de belleza. Y eso es también Boogaloo, el taller floral que regenta Pilar Aguerri en la calle Pedro María Ric de Zaragoza. Allí, inspirada por la naturaleza, esta florista ofrece ramos, plantas y jardines colgantes que no son los de siempre.

 

Hoy recuerda que, cuando abrió su negocio, mucha gente le decía que Zaragoza es una ciudad muy clásica y que quizá su propuesta no iba a cuajar. Cinco años después, lo tiene claro. “Si ofreces, los clientes quieren. Si no ofreces, se conforman”.

Por eso, sus creaciones tienen una personalidad muy marcada, la de su diseñadora, que llegó a este mundo tras una larga experiencia como paisajista y colaboradora de diversos estudios de arquitectura.

Aguerri fue a la universidad y estudio una carrera, pero se dio cuenta de que aquello no la hacía feliz. A ella le emociona el olor de las rosas, la perfecta combinación de colores en un ramo o la elección de esa planta que llena de vida un rincón del jardín. Por eso, puso su vida del revés y se dedicó a lo que de verdad le llenaba.

Tras dos décadas en el mundo del paisajismo, la crisis de 2008 y la debacle en el sector inmobiliario le pusieron las cosas difíciles, así que decidió redirigir todos sus conocimientos a un terreno muy similar, aunque a menor escala. “Todos los valores y todos los aspectos que tienes en cuenta para diseñar un jardín también valen para preparar un ramo”, explica.

Dicho y hecho. Tras unos meses de preparación, Boogaloo vio la luz. Ahora, con varios años de experiencia en el taller, Aguerri está convencida de que hay pocos trabajos tan vocacionales como el de florista. “Es muy sacrificado”, explica, porque las tareas son manuales, exigen mucho esfuerzo y tienen mucho riesgo. “Si tardas en vender un jersey no pasa nada, pero a nosotros el producto se nos muere”, dice. A cambio, está la satisfacción de sentir que trabajas con la naturaleza y que tu esfuerzo lleva un poquito de felicidad a quienes disfrutan del resultado.

Boogaloo atiende tanto a particulares como a empresas, y lo mismo prepara el perfecto ramo de novia que decora una oficina o diseña un jardín. Asimismo, organiza talleres en los que se juntan grupos de hasta 15 ó 20 personas. “Hemos tenido despedidas de soltera, cumpleaños, regalos de empresas a sus clientes…”, explica. El objetivo es que los asistentes pasen un buen rato mientras aprenden a combinar flores y plantas.

La pandemia no ha frenado este tipo de iniciativas, aunque estos meses de “burbujas de convivencia” los grupos estaban formados por miembros de la misma familia. Una forma de salir de casa y hacer algo distinto en este tiempo marcado por el encierro y la limitación de la vida social.

El año Covid también ha servido a Boogaloo para intensificar el negocio online. Con la ayuda de los hijos de Aguerri -publicista uno y periodista otro-, el taller ha puesto en marcha una página web (https://www.boogaloovegetal.com/boogaloo/plantillaBase.do?metodo=inicio) que no solo muestra muchas de sus creaciones, sino que permite comprar online sus productos. Así, ramos, centros, plantas o jardines verticales llegan a sus destinatarios con toda comodidad. La oferta incluye también algunos objetos de decoración -velas, plantas de tela-, que es otra de las pasiones de Pilar Aguerri. “Me gusta mucho el mundillo de las antigüedades y de la artesanía”, cuenta, y ese amor se deja notar en cada objeto a la venta en su tienda.

Porque cada uno de ellos está elegido con todo el mimo. Por eso, siempre que es posible, esta florista escoge proveedores locales. “Hay cosas que no se trabajan en Zaragoza y tengo que traerlas de fuera, pero si se puede, compro aquí”, asegura.

A Aguerri también le gusta colaborar con otros empresarios y con negocios distintos al suyo. Así, recuerda divertida cómo un año intercambió su escaparate con el de la tienda de muebles vecina, para desconcierto y risas de clientes y transeúntes, o la presencia de sus flores y plantas en exposiciones y galerías de arte, una buena forma de darse a conocer entre nuevos públicos.

Porque a Boogaloo no le dan miedo las novedades. Así, entre sus productos estrella están los jardines verticales, una propuesta que puso de moda el edificio del Caixaforum, en Madrid. Aguerri los ofrece de dos tipos: con plantas frescas, que requieren el mismo cuidado que un jardín convencional, y los que se realizan con plantas naturales liofilizadas, que no necesitan mantenimiento. Una forma diferente de introducir plantas en nuestra vida.

Porque ese es, en definitiva, el objetivo de Boogaloo, acercarnos a la naturaleza para llenar nuestro entorno de belleza y para ofrecernos la emoción y la felicidad que solo puede aportar un ramo de flores.

Fotografías de Marcos Cebrián

Vídeo de Amaury Cabrera

“Si ofreces, los clientes quieren. Si no ofreces, se conforman ”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Todos los valores y todos los aspectos que tienes en cuenta para diseñar un jardín también valen para preparar un ramo”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Es muy sacrificado ”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Si tardas en vender un jersey no pasa nada, pero a nosotros el producto se nos muere”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Hemos tenido despedidas de soltera, cumpleaños, regalos de empresas a sus clientes…”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Me gusta mucho el mundillo de las antigüedades y de la artesanía”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal

“Hay cosas que no se trabajan en Zaragoza y tengo que traerlas de fuera, pero si se puede, compro aquí”


Pilar Aguerri, Boogaloo Vegetal
  • Boogaloo Vegetal

  • Calle Pedro María Ric, 29,50008, Zaragoza

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