- Nacho Montal y Juan Manuel Simón explicaron sus casos de éxito en un encuentro de la plataforma cameral de impulso al pequeño comercio
Narciso Samaniego detalló las claves del Club Comercio 4.0.
El Club Comercio 4.0, la plataforma de Cámara Zaragoza de impulso al pequeño comercio de la provincia, reunió este lunes 29 de octubre a profesionales del sector en el espacio de Redacción Club en la sede cameral. En en este encuentro se abordó una de las vías que permite reimpulsar el negocio, la reforma del espacio, a través de dos ejemplos emblemáticos en la capital aragonesa: Montal, que de ultramarinos ha pasado a espacio gastronómico gourmet, y Panadería Simón, el despacho de pan que se transformó de la noche a la mañana en panadería boutique con cafetería. Dos casos que se suman al análisis de ‘La tienda extendida‘, el modelo con el que se busca perfilar los patrones que pueden ayudar a los negocios tradicionales a adaptarse a la era digital.
Narciso Samaniego, responsable de Comercio Electrónico de Cámara Zaragoza, recordó algunas de las claves del Club Comercio 4.0, del que destacó su gratuidad en esta primera fase en la que se quiere incentivar la renovación del comercio tradicional. Este club cuenta con el respaldo del T-ZIR (Centro de investigación aplicada en retail), cuya responsable, Carmen Herrarte, recordó que el objetivo de este centro es «hacer accesibles para el pequeño comercio las herramientas de digitalización».
Ramón Añaños, responsable de marketing de Cámara Zaragoza, dio paso a los protagonistas del encuentro, a los que presentó como representantes de «dos empresas que no solo han reformado su espacio, sino que en ese cambio han rediseñado su concepto».
Nacho Montal, de Montal.
Nacho Montal, responsable junto a su prima María Montal de la reconversión de esta casi centenaria tienda, explicó que la meta que se fijaron fue «revitalizar el proyecto en torno al gourmet, pero sin perder la esencia del espacio, que es un palacio renacentista». «La gente puede venir a comprar, como ha hecho siempre, pero ahora también pueden tomarse un café, un aperitivo, comer… Aprovechamos todo el horario de apertura y optimizamos el espacio. Además, todo lo que se vende en la tienda se puede consumir in situ, lo que fomenta el consumo».
Por su parte, Juan Manuel Simón, contó que la decisión de dar un giro al negocio vino «porque nos dimos cuenta de que no era sostenible tal como estaba: bajaban las ventas, la clientela estaba cada vez más envejecida…». Con el cambio de local -para el que se inspiraron en modelos franceses-, «teníamos que transmitir que seguíamos siendo una panadería, pero que ahora también éramos mucho más». En su caso, la reapertura fue también una acción de marketing: «Cerramos un viernes en nuestro viejo local y abrimos al sábado siguiente en el actual; queríamos que apareciera de repente, que generara sorpresa en el barrio».
Juan Manuel Simón, de Panadería Simón.
Tanto Montal como Simón coincidieron en que en estos procesos de reforma es clave cumplir los plazos, ya que «cerrar sin tener una fecha de reapertura es muy arriesgado». En el caso de Montal, Nacho aseguró que «cerramos durante tres semanas, algo que nunca antes habíamos hecho en toda la historia del establecimiento». «Para cumplir los plazos hubo que trabajar mucho de forma previa, para que la intervención fuera lo más rápida posible», señaló.
La reforma del espacio, tal como remarcó Montal, «tiene un coste, pero es una inversión». En su caso, «hemos creado una línea de negocio totalmente nueva que ha cubierto las áreas que estaban disminuyendo», mientras que en el de Simón «incluir una cafetería nos ha permitido rentabilizar el espacio, mientras que desarrollar nuevos productos nos ha acercado a un público más joven».
Desde el público intervino José Bailach, director ejecutivo de la empresa de construcción sostenible Metro7, que destacó que cada vez más los negocios zaragozanos apuestan por crear «espacios singulares», algo que, según la experiencia que tienen a través de sus clientes, «se da sobre todo en momentos de relevo generacional». En este sentido, Nacho Montal recomendó no «tirar el dinero» haciendo pequeñas intervenciones, porque «lo que marca la diferencia es hacer un cambio radical».